miércoles, 14 de octubre de 2015

Nolish Rojas Palomino (Tembladera, Cajamarca, 1980)


Técnico Especialista en Laboratorio (TEL). Diplomado en Periodismo y Gestión Pública; publicista, deportista, poeta y comunicador social. Actualmente cursa estudios de Ing. Ambiental en la Universidad Privada del Norte-Cajamarca. Es Director de “Tembladera Destino Turístico”, Fundador de “Cruzada de Solidaridad Tembladera” y Administrador del Grupo Poético “Amantes del verso”.
Participa en eventos culturales Nacionales e internacionales. Difusor  del patrimonio cultural de su país y de sus “Raíces”. Dentro de sus publicaciones encontramos una gran colección de poemas, además de reportajes, radiofónicos, apuntes del patrimonio cultural y crónicas.


EL GRITO DE UN CUPISNIQUE

Los rayos furiosos del sol, formaron titanes andinos,
la chaquitaqlla endureció rígidamente sus manos
y en surcos colgantes sembraron sus sueños.
¡Ahí, nació la voluntad del buen hombre!
¡Ahí, creció el fruto que saciaba el hambre!
¡Ahí, Los Cupisniques formaron su imperio!

En el valle serpentino cosechaban libremente los Frijoles,
los Pallares, las Calabazas, los Zapallos
las exquisitas Guabas y las dulces Guayabas.
Los zapotales y bichayales herencia milenaria
en inventario poco han quedado.

Entre el surco del maizal crece la hierba benéfica del buey
entre lagunas pequeñas los arrozales de grano dorado,
grano que el patrón, del plato del pobre ha robado
para agigantar sus enrocados castillos
y sentirse el todopoderoso con unos centavos.

¡Qué impotencia da, ver a mi hermano castigado!
Mientras las manecillas de un reloj van girando,
las horas  pierden la esperanza de la buena voluntad,
de la que poco queda, y lo poco que aún queda
se enterca en quién dice sentirse tu dueño y tu amo.

Pero más pena me da, cuando veo al patrón, ser castigado
por la fuerza Divina, que en forma de plaga azota la siembra.
Los granos que robaron del plato del pobre
se han convertido en pencas punzantes…
-¡Dios mío, por qué me has castigado!-
¡Plegaria hipócrita de un triste monetario!

Ahora, nada ha cambiado, los que nos gobiernan
llenan sus arcaicos castillos con monedas y propiedades
arrancadas de los que menos tienen (los pobres),
y el pobre, el que muerde el polvo ante la indiferencia
sigue siendo pobre, ¡pobre! sin oportunidad a nada.

¡Aquí, han intentado comprar honra y conciencia!
¡Aquí, han intentado extirpar tu libertad y tu memoria!...
           …y no han podido.

Han debilitado nuestra raza, nuestra sociedad.
Han ceñido tu conocimiento entre sus líneas umbrosas.
Han minimizado la voluntad humana con migajas.
Han destruido nuestra raza. Nuestra herencia genética
ha sido mancillada, ha sido pisoteada,
¡está putrefacta! –Culposa la ambición –.

¡Aquí, ha sollozado un niño y ha gritado un hombre!
¡Aquí, se han cocido tristezas para la cena!
¡Aquí, han enmudecido, han llorado!...
           …Y han sobrevivido.

Aquí, se escucha rasgarse el grito de un Cupisnique
porque no es justo perder nuestro linaje moral.
No debemos doblegarnos en las curtiembres malévolas
de aquellos que estropean los grandes designios
donde nacieron, vivieron y soñaron nuestros ancestros.


Poemario: Sueños y raíces… Pies descalzos y arcillosos.

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